El árbitro chino Lu Jun, el más famoso del país asiático y primero que pitó en Mundiales y Juegos Olímpicos, admitió haber recibido sobornos para amañar partidos de la liga china, en su primera comparecencia ante los tribunales que esta semana han comenzado a juzgar la corrupción en el balompié nacional.
Lu, apodado en China «silbato de oro» por su prestigio antes del escándalo, confesó haber recibido 127.700 dólares para manipular los resultados de al menos siete encuentros de la liga nacional en 2003.