La junta directiva de la Federación Egipcia de Fútbol fue disuelta este jueves y sus miembros recibieron la orden de declarar ante los fiscales acerca de la violencia que dejó 74 muertos tras un partido de liga.
El primer ministro Kamal el-Ganzouri anunció las medidas en una sesión de emergencia del parlamento, así como la renuncia del gobernador de Port Said y el jefe de la Policía local.