Aunque mereció más, Boca Juniors igualó 1-1 la final de ida de la Copa Libertadores en la Bombonera. Facundo Roncaglia, que debió haber sido expulsado en el primer tiempo, había marcado para el local. Pero Romarinho igualó a cinco minutos del cierre y dejó al equipo de Falcioni sin margen de error para la revancha.
Como era de esperarse, el partido comenzó cerrado, duro y con más fricción que juego. Corinthians, que vino a hacer su partido, el de raspar, esperar al rival y aprovechar la velocidad de sus delanteros, controló a Boca en el primer tiempo y aunque se descuidó en el cierre, también se animó a cascotear el área de Agustín Orion.