Algunas sedes serían concesionadas luego de la Copa del Mundo de 2014, informó el ministro de Deportes de Brasil, Aldo Rebelo. Quieren evitar que el evento deje «elefantes blancos»
En una rueda de prensa con corresponsales extranjeros, el funcionario explicó que «grandes administradores de arenas deportivas del mundo» manifestaron su interés en la gestión de algunos de los estadios que están en construcción para el Mundial.
De los doce estadios que están en obras, los de Brasilia, Natal, Salvador, Manaus y Fortaleza, junto con el legendario Maracaná de Río de Janeiro, son propiedad de los gobiernos estatales, que tienen autonomía para decidir sobre su destino.
No obstante, Rebelo explicó que, en algunas de esas regiones, se baraja la posibilidad de que, al finalizar la Copa del Mundo, se le otorgue la gestión a alguna empresa privada, nacional o extranjera.
Eso podría pasar en Brasilia, Natal y Manaus, donde ni siquiera hay equipos de fútbol locales. Según el ministro, se trata de «arenas multiuso» que estarán preparadas para alojar grandes eventos, no sólo deportivos sino también artísticos.
Incluso contarán con centros de convenciones, restaurantes y núcleos comerciales, que garantizarán su utilización y le darán un carácter sustentable a las obras.
El funcionario del Gobierno de Dilma Rousseff aseguró que las obras marchan según los cronogramas establecidos con la FIFA de cara no sólo al Mundial, sino también a la Copa de las Confederaciones, que se disputará el año próximo.
El presupuesto total del Gobierno para los estadios, sistemas de transporte y otras obras se sitúa en unos 16.500 millones de dólares, pero eso incluye iniciativas ya previstas en planes oficiales anteriores, que están volcados a mejorías generales de las infraestructuras del país.
En cuanto a la seguridad, explicó que se trata de «un desafío que existe en todo evento internacional de esa magnitud», pero aclaró que Brasil ya tiene experiencia en grandes celebraciones.
Citó como ejemplo los carnavales de Río de Janeiro, Salvador o Recife, que cada año atraen a millones de turistas extranjeros y transcurren habitualmente con las calles repletas de gente y sin incidentes mayores.
Según sus cálculos, Brasil recibirá durante el mes que dura el Mundial unos 600.000 turistas extranjeros, que se sumarán a los cerca de tres millones de brasileños que circularán por el país siguiendo a las selecciones participantes.
También insistió en que uno de los factores diferenciales del evento deportivo será el «pueblo brasileño, con su diversidad y su cultura», que se volcará por entero para hacer de la cita del fútbol una «gran fiesta cultural internacional«.
Fuente: EFE
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Categorías:Actualidad
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