Al minuto 75 del partido, Barcelona B ganaba 4-1 al Girona en la segunda división española. La victoria parecía segura y no se veía por dónde ocurriera algo fuera de la normal. Oier Olázabal, arquero culé, hasta se dio el lujo de ganarse una amarilla por hacer tiempo.

Pero de buenas a primeras, Girona reaccionó y Barcelona se durmió. De repente al minuto 88 las cosas ya estaban 4-3. Tal situación desesperó a Olázabal y al 89′ se ganó la segunda amarilla por protestarle al silbante el resurgir del adversario. Expulsado y camino al vestuario, de acuerdo a la cédula arbitral, retó a golpes al nazareno Pedro Sureda.

“En el minuto 89 del partido y una vez expulsado el dorsal número 1 del FC Barcelona B, Don Oier Olazábal Paredes, se dirigió a mi persona de manera amenazante diciéndome: “¿Qué te pasa?, ¿Qué quieres, que te pegue?” (encontrándose en ese momento cara a cara contra mí, siendo retirado del terreno de juego por sus compañeros y por el delegado de campo)”, describe el silbante al diario El Mundo.

Lo curioso es que mientras suplentes y cuerpo técnico querían calmar al portero, quien insistía en querer dar trompadas, Girona empató en el último minuto y rescató el empate a cuatro. El motivo de asombro o duda tiene que ver con la segunda amarilla, esto debido a que Olázabal prefirió desquitar su frustración por los goles recibidos en contra de Sureda y no hacia sus compañeros. ¿Qué culpa tenía el árbitro de los errores de su defensa?

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