El éxito imperecedero de Sir Alex Ferguson

Después de una carrera de futbolista (como delantero) que lo condujo por los clubes escoceses de Queens Park, St Johnstone, Dunfermline Athletic, Rangers, Falkirk y Ayr United, en la que registró un promedio de 0,54 goles por partido, Alex Ferguson fue nombrado entrenador del East Stirlingshire a los 32 años, en junio de 1974. Aceptó un contrato a tiempo parcial, con un salario de 40 libras a la semana (65 USD, 70 EUR), y su plantel se componía de sólo ocho jugadores, sin ningún guardameta. Aunque no estaría más que 117 días en el equipo, enseguida hizo que se notase su presencia.

“Lo primero que me chocó fue la mirada que tenía”, dijo el entonces centrocampista del East Stirlingshire Bobby McCulley. “Una de esas miradas bastaba para dar escalofríos. Nos aterrorizaba. En aquella época nadie habría pensado que llegaría a conseguir lo que tiene, pero ya irradiaba una férrea determinación de triunfar”.

Fue otro gran entrenador escocés, Jock Stein, quien recomendó a Ferguson dejar el East Stirlingshire después de sólo cuatro meses para fichar por el St Mirren, entonces por debajo en la clasificación de la liga, pero considerado un club más grande. Durante su etapa en Love Street, Ferguson condujo a los Buddies desde la segunda mitad de la Second Division a la máxima categoría, con un equipo cuyo promedio de edad era de apenas 19 años. No obstante, fue destituido, al afirmar el presidente, Willie Todd, que no tenía “aptitudes de entrenador”. Un tribunal laboral dictaminaría más tarde que “la irreprimible energía de Ferguson y su resolución, cualidades que contribuyeron a su éxito como entrenador, acabaron causando su despido”.

Años más tarde, se revelaría que Todd tomó esa decisión al saber que su técnico había aceptado fichar por el Aberdeen, un grande de Escocia, aunque únicamente tenía un título de liga. Al principio, a Ferguson le costó ganarse al vestuario, pero al cabo de dos años daría a su nuevo equipo un trofeo escocés, acabando así con un monopolio de Celtic y Rangers que duraba 15 temporadas. En 1982 y 1983 llegó la Copa de Escocia, y los triunfos cosechados en la final de la Recopa y la Supercopa de Europa, ante Real Madrid y Hamburgo respectivamente, incrementaron todavía más su reputación.

En Pittodrie, Ferguson estaba ganándose el apodo de “Fergie el Furioso”. Multó al delantero John Hewitt por adelantarlo en una carretera pública, y también lanzó de una patada una tetera a sus jugadores durante un partido europeo. Cuando los Dons revalidaron la Copa de Escocia en 1984 mediante un triunfo sobre el Rangers, criticó a sus futbolistas por televisión, afirmando que habían tenido “una actuación vergonzosa”, comentario que luego retiraría.

Ferguson recibió una oferta para formar parte del cuerpo técnico de la selección escocesa confeccionado por su mentor, Stein, en el marco de los preparativos para la Copa Mundial de la FIFA 1986™. Pero entonces sobrevino la tragedia. Cuando Escocia se enfrentó a Gales en su último partido de la liguilla de la competición preliminar, en septiembre de 1985, Stein sufrió un infarto que le provocaría la muerte. Ferguson se hizo cargo del equipo, y lo llevaría al torneo mundialista, del que se despidió en la fase de grupos.

La llegada a Manchester
No pasaría mucho tiempo hasta que empezaron a venir ofertas de Inglaterra. Había rechazado una del Wolverhampton Wanderers en 1982, y luego dijo no al Arsenal y al Tottenham Hotspur. Pero elManchester United lo llamó cuando Ron Atkinson fue destituido en noviembre de 1986, y empezó una nueva era en la historia del fútbol británico. De inmediato, se propuso “bajar de su pedestal” al entonces imbatible Liverpool.

Ferguson se hizo cargo de un plantel desilusionado, formado por futbolistas que estaban rindiendo por debajo del nivel que se les suponía, y que no lograba abrir brecha en el dominio del Liverpool enInglaterra. A su llegada, el equipo estaba entre los cuatro últimos de la clasificación, y Ferguson se puso manos a la obra para disipar la amenaza, muy real, del descenso. Sin recurrir al mercado de fichajes, empezó a remontar posiciones, hasta terminar en la 11ª plaza de la tabla.

En su segunda campaña los Reds lo hicieron mejor, y fueron subcampeones, detrás del Liverpool, aunque se trataba de un espejismo. El United volvió a ser 11º al año siguiente, y la presión a la que estaba sometido el escocés era cada vez mayor. El punto de inflexión se produjo en la temporada 1989/90. A pesar de realizar cinco grandes fichajes, el equipo terminó el decenio rozando los puestos del descenso. Una pancarta situada en Old Trafford decía: “Tres años de excusas y la misma basura. Adiós, Fergie”. Tanto los periodistas como la afición exigían la marcha del escocés.

Aun así, la directiva del United no cedió. Les había impresionado la reorganización del cuerpo técnico del club y del sistema de ojeadores efectuada por Ferguson, y la ausencia de varios jugadores por lesión fue tenida en cuenta. La nueva temporada dio al equipo la oportunidad de ganar su primer título a las órdenes de Ferguson, que no la desaprovecharía. Aunque el sorteo le había obligado a disputar todos los partidos de la FA Cup fuera de casa, un gol de Lee Martin en la repetición del duelo contra el Crystal Palace permitió al Manchester United alzar su primer trofeo en cinco años. Se habían abierto las puertas del éxito: en la siguiente campaña ganó la Recopa de Europa en Rotterdam, venciendo al Barcelona por 2-1, con un doblete de Mark Hughes. Luego, en 1991/92, se añadió al palmarés del club la Copa de la Liga.

En 1992/93 los 26 años de espera por el título de liga de los Diablos Rojos llegaron a su fin. El equipo, encabezado por Eric Cantona, cuyo fichaje costó un millón de libras, se impuso al Aston Villa en la recta final de la temporada. Le seguirían un doblete de liga y FA Cup en 1993/94, algo que se repitió en 1995/96, antes de lograr otro título de la división de honor en 1997. Ferguson consiguió así lo que se había propuesto a su llegada, once años antes: bajar de su pedestal al Liverpool.

Lo hizo con jugadores como Ryan Giggs, Paul Scholes, Nicky Butt, Gary y Phil Neville y, por supuesto,David Beckham, todos ellos procedentes de la cantera por la que Ferguson había apostado diez años antes. “Era un plantel fantástico, compuesto por jugadores jóvenes, fue un periodo maravilloso”, recordaría. “Esos futbolistas de la casa llevaban dentro el espíritu del Manchester United. Eran gente auténtica. Te respaldaban, y defendían los principios en los que nos basábamos”.

Nombrado caballero por la Reina tras lograr la corona europea
El mayor logro de Ferguson quizás llegase en 1998/99. Ningún equipo había ganado antes la Premier League, la FA Cup y la Copa de Europa en la misma temporada, y ninguno lo conseguiría luego. En una noche inolvidable en Barcelona, su decisión de dar entrada a Teddy Sheringham y Ole Gunnar Solskjaer, que habían empezado como suplentes, permitió al equipo hacer historia. Con goles de ambos en el tiempo añadido, se ganó la Liga de Campeones de la UEFA y con ella la triple corona. ¿Qué dijo él después del partido? “¡Vaya por Dios con el fútbol!”.

A raíz de este triunfo, Ferguson fue nombrado caballero, y sus pupilos seguirían ganando, con otras tres ligas entre 1999 y 2001. En ese momento, el estratega se planteó dejarlo, pero cambiaría de opinión, y la marcha del United continuó imparable: en 2002/03 se adjudicó su octava liga, y un año más tarde su quinta FA Cup.

Los nuevos fichajes, como Cristiano Ronaldo y Wayne Rooney, contribuyeron a la consecución de la Copa de la Liga en 2005/06 y una novena Premier League en 2006/07. La temporada siguiente el equipo revalidó el título, y también alzó una segunda Liga de Campeones, al doblegar al Chelsea en una final de rivalidad inglesa. A continuación, ganó la Copa Mundial de Clubes de la FIFA, celebrada en Japón en diciembre de 2008. En marzo de 2009, los Diablos Rojos se hicieron con una nueva Copa de la Liga, al vencer en los penales al Tottenham Hotspur. Dos meses más tarde, culminaron lo que parecía una misión imposible cuando Ferguson llegó en 1986, al igualar el antiquísimo récord de 18 campeonatos de liga del Liverpool.

Tras quedarse en 2009/10 a un punto del título, que ganó el Chelsea, protagonista de un doblete, el United tuvo que conformarse con la Copa de la Liga como único trofeo de la temporada. Pero, de inmediato, reaccionó y recuperó la Premier League en 2011, superando así al Liverpool como club más laureado del fútbol inglés. “No se trata tanto de superar al Liverpool”, declararía posteriormente. “Lo más importante es que el United sea el mejor equipo del país en lo que respecta a ganar títulos”.

La última jornada de 2011/12 sería descorazonadora para Ferguson, ya que el Manchester City arrebató a los Reds la liga a falta de unos segundos para el final de la temporada. Sin embargo, esa decepción reforzó la determinación del técnico por volver a alzar el trofeo en 2012/13, su última campaña al frente del equipo. Y el plantel no decepcionaría, al ofrecerle en su despedida el 20º título de liga del club, a cuatro jornadas de la conclusión.

Al retirarse, aficionados, jugadores, políticos y empresarios se dieron cita para rendir homenaje a Ferguson. Posiblemente el análisis más certero de su trayectoria fuese el que hizo el también escocés Denis Law, leyenda del Manchester United.

“Alex podría acabar siendo el entrenador más grande de la historia”, señaló. “Pertenece a esa categoría de grandes entrenadores, no sólo por lo que ha conseguido en el Manchester United, sino también por lo que empezó en el Aberdeen, donde terminaría ganando y acabando con el monopolio del Celtic y el Rangers durante un breve periodo. Después ganó la Recopa y llegó al Manchester United”.

“Lo que hizo entonces fue crear lo que Busby había creado muchos años antes con los Busby Babes, jóvenes que se incorporaban al equipo, que pasaban de ser escolares a internacionales también. Como Busby, durante su etapa en el Manchester United creó tres o cuatro grandes equipos”.

Sir Alex sigue colaborando con el United, ya que forma parte de la directiva y ejerce de embajador del club. También está en comités de la FIFA y la UEFA, lo que le sirve para compartir algunas de sus ideas acerca del fútbol.

“El trabajo de un equipo siempre debe incluir a un gran futbolista, pero el gran futbolista debe trabajar siempre”, dijo una vez. “Bueno, el fútbol es un deporte duro, es innegable. Es un deporte que por momentos puede sacar lo peor de uno”.

Ahora, sus sucesores deben pasar por una avenida que lleva su nombre, ver una estatua suya y sentarse en un banquillo que está frente a la grada bautizada en su honor para dirigir a los Diablos Rojos en Old Trafford. Su legado ha dejado una profunda huella, como no puede ser de otro modo en un club que no ceja en su empeño de alcanzar el éxito.

Fuente: FIFA.com



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