El nuevo Auckland City: fiesta, historia y «jefes enfadados»

Imaginemos la escena: formamos parte del plantel de un club semiprofesional que alcanza un torneo como la Copa Mundial de Clubes de la FIFA y, contra todo pronóstico, ganamos dos partidos y llegamos a semifinales. En el vestuario, tras el histórico triunfo contra el campeón de África, el ES Sétif, la fiesta es apoteósica, con cánticos encendidos, abrazos y gente llorando. E imaginemos también que, en ese momento de éxtasis, recibimos el siguiente mensaje de texto desde Nueva Zelanda: “Excelente partido. Estás despedido. Firmado: tu jefe”.

Pues eso podría pasar con muchos de los jugadores semiprofesionales del Auckland City, que necesitan complementar sus ingresos mensuales con otros empleos al margen del fútbol. Pero, por suerte para ellos, ese mensaje no pasaba de una broma que el argentino Emiliano Tade y sus compañeros gastaron al croata Mario Bilen en el vestuario. Y la razón era simple: “Vamos a tener que quedarnos aquí más tiempo de lo previsto. Y Bilen trabaja en el sector de la construcción”, recordaba Tade, entre risas, aunque demostrando al mismo tiempo lo sorprendente que es para ellos esta aventura.

“Hace años llegábamos aquí como un equipo por el que nadie apostaba, así que ya imaginará que todo esto es más que un sueño”, continúa el argentino. “Es realmente increíble. Estamos en el cielo”, añade John Irving, imponente central autor del gol de la victoria (1-0), que no ha sido elegido mejor jugador del choque por casualidad. “Aquel día [el del triunfo sobre el Moghreb de Tetuán] había sido el mejor de nuestras vidas. Hoy hemos llegado a otro nivel, resulta difícil explicar qué se siente. Era imposible imaginar que estaríamos entre los cuatro mejores aquí. Todos nos sentimos muy orgullosos”.

Tanto ellos como los hinchas y los familiares que han seguido desde Nueva Zelanda todos los pasos de este gran cuento de hadas en tierras marroquíes. “Hemos recibido un apoyo increíble, con mucha gente mandándonos mensajes y diciéndonos cosas fantásticas”, apunta el inglés, que, a pesar de estar viviendo intensamente el presente, hace una rápida proyección del futuro que les espera. “No sé lo que va a pasar ahora, pero ya imagina la gran fiesta que se organizará cuando volvamos. En fin, tenemos que aprovechar al máximo todo lo que está pasando”.

Un pequeño entre los grandes
Y disfrutar a fondo de este momento es lo que se propone ahora el Auckland City, un conjunto más acostumbrado a tener participaciones breves y deslucidas en el Mundial de Clubes que a gestas como esta. Por ejemplo, antes de esta edición, había competido en otras cinco, con cuatro eliminaciones en el primer encuentro. Solamente en 2009 había superado su primer compromiso y terminado quinto. Y las dos victorias cosechadas cinco años atrás no pueden compararse ni de lejos con las de ahora, como tampoco las características del plantel actual.

“Tenemos un equipo joven, rebosante de energía y bien preparado físicamente. Eso ayuda a que nunca paremos de correr y busquemos siempre la victoria”, explica Irving, él mismo un buen ejemplo de ese perfil de futbolista. Tiene 25 años, lleva dos en el Auckland, y está dejando atrás la frustración de no haber conseguido jugar en el equipo de su corazón, el Everton inglés. “Mi sueño era jugar allí. Llegué muy joven al club, pero nunca conseguí disputar un partido con el primer equipo”, señala.

Y para que equipos ingleses o de la vecina Australia puedan conocer aún mejor a estos nuevos candidatos a estrellas, nada mejor que jugar una semifinal de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA contra el campeón de la Copa Libertadores, San Lorenzo. Era tan difícil imaginar que el club llegaría a esta fase que el cuerpo técnico tendrá que realizar ahora un trabajo suplementario para desentrañar los secretos de este rival “desconocido”. “No tengo ni idea de cómo juegan. Lo único que sé es que están en otro nivel”, admite el defensor. “Ahora tenemos que celebrarlo, después descansar y entonces pensar en cómo vamos a jugar contra ellos. ¿Quién sabe lo que puede pasar?”.

Es posible que el próximo paso sea demasiado grande para ellos, o quizás no. Pero, hasta que llegue ese momento, ¿a quién le importa? Para el equipo que ahora se dirigirá a Marrakech, para los hinchas que siguen de lejos esta increíble trayectoria e incluso para los jefes de estos futbolistas —que sin duda serán comprensivos ante cualquier retraso—, una cosa ya es segura. “Estamos haciendo historia”, asevera Irving. “A día de hoy ya podemos decir que este es el mejor equipo que ha tenido el Auckland City”.

Fuente: FIFA.com



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