La soberanía nacional en entredicho (II)

La decisión de la justicia, que declara improcedente la acción de protección propuesta por el dirigente de un club, sienta jurisprudencia sobre un tema de hondos relieves en el futuro del deporte de Ecuador.

El Estado nacional, a través de uno de sus poderes, resuelve que las leyes ecuatorianas son meramente subsidiarias ante la fuerza extraterritorial de las reglas de la FIFA y que la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) puede pasar por sobre la Constitución y la Ley del Deporte. La resolución valida la alegación de que “la FEF es diferente de las otras federaciones deportivas”.

Puede añadirse desde el viernes pasado que es también diferente a todas las entidades públicas y privadas del país y que esta FEF es un ‘Estado fantasma’, diferente del Estado ecuatoriano, pues las normas a las que se sujeta no son las que rigen en nuestro territorio, sino las que emanan de una sociedad transnacional civil domiciliada en Zurich (Suiza).

En abril del 2012 el Ministerio del Deporte del Ecuador decretó la intervención de 40 federaciones nacionales por no haber adecuado sus estatutos a la Ley del Deporte, vigente desde el 2010, y por no haber integrado sus directorios hasta el 1 de ese mes. El ministro en funciones declaró que así defendía “la soberanía del estado ecuatoriano”. Pese a las advertencias del Comité Olímpico Internacional (COI) –otra transnacional civil radicada en Suiza–, el Ministerio continuó la intervención que derivó en la renuncia de los dirigentes del Comité Olímpico Ecuatoriano (COE) y el nombramiento de una nueva directiva presidida por un exviceministro del Deporte.

El proponente de la acción de protección, que obligó a suspender el congreso que iba a elegir una nueva directiva encabezada por Luis Chiriboga Acosta –aspirante a extender su predominio por dos décadas de tempestuosa gestión–, alegó las mismas razones que tuvo el Ministerio para intervenir a las 40 federaciones, pero el asunto ha tenido distinto fin con un triunfo de la FIFA y la FEF sobre nuestras leyes.

Ecuador no es una excepción en cuanto a renuncia de su soberanía frente al poder amenazante de la FIFA. El doctor Ciro Maruyama, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sostiene que una aproximación a ciertas normas y prácticas frecuentes de la FIFA “deja al descubierto una institución que, más que ejemplo de juego limpio y salvaguarda de la salud y transparencia del negocio del fútbol mundial, ha sido parte de sus males. Muestra, además, que algunas de sus reglas llegan a hacer nugatorias las leyes establecidas democráticamente en distintos Estados nacionales”.

Frente a la reiterada embestida de la FIFA y de los dirigentes nacionales que se escudan en ella para adoptar conductas que quiebran principios jurídicos o derechos en algún país, lo lógico sería que se impongan las normas del país, salvo que este ceda soberanía popular. No todos los Estados muestran esta postura genuflexa, como ocurrió con el llamado “caso Bosman”, que fue resuelto por el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas mediante la histórica sentencia del 15 de diciembre de 1995, que marcó un hito en las relaciones contractuales entre los equipos de balompié y sus futbolistas.

Jean Marc Bosman era un modesto jugador profesional del RFC Lieja de la liga belga. Tras una controversia con el club, le redujeron su salario en un 60 %. Bosman intentó fichar por un conjunto francés de la segunda división y el Lieja le pidió por ello una cantidad exorbitante. Se negó a jugar en la liga belga, y fue amenazado por la UEFA y la FIFA con la expulsión de por vida. El jugador denunció el caso ante la justicia ordinaria de su país, que desestimó su reclamo porque las reglas de FIFA estaban por sobre la legislación laboral de Bélgica.

Bosman recurrió a los Tribunales de la Unión Europea en defensa de sus derechos como deportista profesional, y denunció a la UEFA alegando la nulidad de su Reglamento de transferencia de jugadores asociados. El Tribunal de las Comunidades Europeas consideró que la relación entre el club (empresa) y el jugador (trabajador) era una actividad económica sujeta al artículo 2 del Tratado de la Unión Europea, y que como el artículo 48 del mismo Tratado garantizaba la libre circulación de trabajadores, el Reglamento UEFA que regulaba la transferencia de futbolistas contenía normas nulas por ser contrarias al ordenamiento jurídico comunitario.

Esta sentencia, aunque fue aplicable en principio solo a los países comunitarios, removió los cimientos del fútbol mundial, poniendo freno por primera vez a la autonomía y el carácter cerrado y ajeno a cualquier control de los ordenamientos jurídicos de la FIFA, la UEFA y de los ‘Estados fantasma’, rectores de este deporte.

Pedir lo mismo a la justicia ecuatoriana y al Ministerio del Deporte es una utopía. Hay demasiados intereses de por medio. Ello explica que en las múltiples controversias generadas por la Ecuafútbol en los últimos tiempos, como las ‘invitaciones’ a los Mundiales hechas a dirigentes que forman el Congreso que debe juzgar y pedir cuentas a los invitantes, la no presentación de las listas y los gastos solicitadas por Liga Deportiva Universitaria de Quito por cuatro ocasiones, el incumplimiento de las normas para vigilar las inversiones y los presupuestos de los clubes, los oídos sordos a las reclamaciones de los futbolistas por salarios impagos, la resolución de los dirigentes de la FEF para invitar a un familiar que los acompañe a Brasil 2014 con gastos pagados por la misma FEF (en España, por algo igual, está sometido a juicio el presidente de la Federación), y muchos otros conflictos no explicados con transparencia. Ante todo esto el Ministerio del Deporte ha optado por el silencio.

Después del fallo del juez que proclama la supremacía de la FIFA, será muy difícil que nuestra justicia haga lo que en Argentina han hecho con la AFA, a la que incautaron las computadoras y los libros de contabilidad para investigar malos manejos de los dineros institucionales.

O lo hecho en España para indagar con qué dineros la Real Federación de ese país invitó a sus amigos al Mundial 2002. O lo que en Perú pasó con el poderoso Manuel Burga al que juzgan por lavado de activos en los que están inmersos dineros de la Federación Peruana.

Autor: Ricardo Vasconcellos R.

Fuente: eluniverso.com



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1 respuesta

  1. Aparentemente, este parece un buen comentario, pero creo sinceramente que no lo es, por que en forma subliminal quiere poner en pugna al Estado ecuatoriano, con la FEF y de hecho que salga afectado el Presidente de la FEF. De por medio hay una muy mala intención y eso le quita validez al comentario. Solo quiero hacer notar al comentarista y a los amables lectores que pasaría si la FIFA no tuviera la fuerza y aceptación que tiene de todos los paises del mundo?, Se podría llevar a cabo un CAMPEONATO MUNDIAL DE FUTBOL?, es decir todo ese proceso de eliminatorias en todos los continentes, para hacer que un PAIS DISTINTO cada cuatro años REUNA a 32 selecciones y participen en la parte final de ese CAMPEONATO MUNDIAL, sería un CAOS TOTAL si se inmiscuyeran reglamentos extra FIFA. La FIFA para mi es una organización ejemplar para el mundo, pues demuestra que puede hacer lo que todos los gobiernos de la tierra no lo pueden hacer: UNIR AL MUNDO. Como toda obra humana tiene errores e intereses, pero tal cual como está estructurada funciona extraordinariamente bien. Que bueno sería que el MUNDO podría gobernarse ,como lo hace la FIFA, con una sola CONSTITUCION en que se garantice las LIBERTADES, LOS DERECHOS Y LAS OBLIGACIONES POR IGUAL de todos los habitantes del mundo y se garantice también la PAZ, LA SALUD, EL PROGRESO, LA FRATERNIDAD Y EL BIENESTAR DE LOS PUEBLOS. Cuando se comenta de NACIONALISMOS Y SOBERANIAS en el FUTBOL, me suena a política barata.

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