Carlos Alfaro Moreno, de 50 años, revela que ha dialogado con José Francisco Cevallos, exgolero de Barcelona, quien buscaría ser presidente canario. Pero el exatacante dice que no ha decidido nada al respecto. Alfaro, campeón en 1995 y 1997, lamenta el estado actual de su exequipo y reconoce que no tiene un patrón de juego. Uno de los últimos ídolos toreros habló el jueves pasado con diario EL UNIVERSO.
Se lo ha mencionado como binomio de José Francisco Cevallos para los comicios de Barcelona en octubre. ¿Es real esa postulación?
Hoy no puedo decir ni sí ni no, porque mentiría. Hablé con José Francisco, él quiere ser presidente de Barcelona. Es una imagen muy potable, intachable, extraordinaria. Es muy loable que quiera ayudar al club. De mi parte, no estoy plenamente convencido si es la mejor manera de aportar. no quiero dejar mi trabajo. Vamos a ver, hay que esperar un poquito más. Todo lo que es Barcelona me conmueve, pero antes de dar paso a la pasión me gusta analizar las decisiones que tomo. Sé que se habla mucho de eso, hay muchos rumores. Pero no he hecho ni medio comentario porque no lo tengo decidido.
Dice que no ha tomado una decisión, ¿pero le gustaría?
Sí. Le pido a Dios que cualquier decisión ligada a Barcelona me haga pensarla mucho, la responsabilidad es muy grande. No es algo que hoy me planteo (intervenir en las elecciones). Ojalá haya algo que me permitiera ayudar y seguir con mi carrera. No puede ser que Barcelona no presente un jugador juvenil a la altura de un plantel profesional. Eso es un gran déficit; siempre interrumpen cualquier ciclo que empiezan. Para un proyecto serio (de juvenil) se necesitan diez años.
¿Qué implicaría que asuma un cargo directivo?
Para estar en Barcelona, en la faceta que sea, hay que vivir para Barcelona. Yo no voy a admitir hoy que no quiero estar o que ni podría estar en Barcelona. Cada cosa tiene su tiempo, estoy muy feliz como estoy. Tengo que pedir permiso en mi casa porque cada que vez que se habla de Barcelona se le paran los pelos a mi mujer. Sabe el estrés y el compromiso que trae.
¿Es hora que exfutbolistas toreros presidan Barcelona?
No pasa por ser exfutbolista. Barcelona debe ser conducido, en todos los órdenes, por gente muy preparada, muy capaz, con ideas renovadoras, valientes. Por gente que ame el club, que no piensen en su periodo –subsistir domingo a domingo para vivir tranquilo– sino que piensen en los próximos 20 o 30 años de la institución.
¿Cree que fue un error fichar una decena de nuevos jugadores para el 2015?
A través de los años Barcelona desarma equipos para armarlos de nuevo. Eso es comenzar de cero. Hay algo muy particular en este caso porque Rubén Israel llegó a un equipo que no conocía, que estaba armado. Evidentemente, al irse cerca de catorce futbolistas y llegar diez nuevos, significa que no estaba tan conforme con la plantilla del año pasado. Él nunca lo va a decir, es un hombre de códigos. Pero tuvo ahora la oportunidad de armar su plantel. Eso preocupa porque debe empezar por tener clara la propuesta. Si Barcelona, en este caso, debe ser defensivo y armarse de atrás hacia adelante, que sea defensivo, pero que marque bien. Creo que hay una presión adicional por perder una final como se perdió (3-0 en la vuelta, con Emelec) ante un rival varios escalones encima.
¿Es decir, Barcelona no tiene una propuesta de juego?
No, por lo menos el equipo no la demuestra. Uno espera que el próximo partido sea el punto de inflexión, siempre.
¿En qué no ha acertado el equipo y la dirigencia?
Hoy es muy fácil hablar mal de Barcelona. Sé lo difícil que es estar ahí, y estuve mucho tiempo. Me tocó desde pelear el descenso hasta ganar un partido y ser campeones. No me gustaría hablar mal de Barcelona. Solo decir que se han cometido errores, que me encantaría que se recuperen, que le vaya bien y que Barcelona pelee por el campeonato. Invito, tanto a la parte dirigencia y al último de los jugadores, pensar en lo grupal antes que en uno.
Usted opinó en Twitter sobre las dos derrotas en la Copa. Del 3-0 en La Plata escribió: “Hasta para perder hay que tener jerarquía”, y tras el 0-1 ante Libertad comentó: “Lo peor de una derrota es no encontrar un solo detalle para destacar y que te permita soñar con un futuro mejor. No hay propuesta”.
Un equipo grande debe tener fundamentalmente una propuesta de juego, saber a qué juega. Cuando uno no tiene una propuesta de juego es muy complicado. Quiero rescatar, por ejemplo, la manera de perder de Emelec (3-2, ante Inter de Porto Alegre). Alabo a Emelec y me parece extraordinario su proyecto. Es un equipo que sale a atacar en cualquier cancha, busca protagonismo y aún ganando 1-2 no se encerró. Me encantan los valientes, y hablo a nivel de dirigencia, entrenadores y jugadores. En La Plata, con presión y recibiendo un gol muy rápido, este Barcelona fue débil emocionalmente, se puso nervioso y no pudo dar dos o tres pases seguidos.
¿Decir emocionalmente débil, es no verle opciones de pasar a la otra ronda copera?
A veces en los equipos hay puntos de inflexión. En la Copa Libertadores perdió toda opción de clasificar.
Pero este Barcelona, siendo consciente de eso, debería unirse, conversar mucho. Y aquel que se sale del grupo para salvarse solo, que se vaya y no vuelva nunca más, así como el que no está dispuesto a entregarse hasta el final. Los que quieran de verdad a Barcelona y que deseen salir adelante, que se unan. A veces se marcan puntos de inflexión en un campeonato. ¿Qué mejor punto de inflexión que ganar un Clásico del Astillero (mañana)? Hacerlo ante tu rival es favorito, bicampeón, que es el que mejor juega. ¿Qué mejor alegría que darle a tu gente un gran partido y ser punto de inflexión para la recuperación?”
Fuente: eluniverso.com
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Categorías:Actualidad
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