Ícoono de la mejor historia del fútbol ecuatoriano, Álex Darío Aguinaga capitalizó su experiencia de tantos años regalando buen juego por los campos del mundo (jugó en Deportivo Quito, Necaxa, Cruz Azul y Liga de Quito) y desde 2011 afronta el reto de abrirse camino en el complejo rol de la dirección técnica. Invitado a participar de la gala de los Premios Univisión Deportes, Álex concedió una entrevista a la revista El Gráfico de Argentina. La charla fluyó por el tema ineludible: el fútbol.
Ecuador vive un momento de esplendor, con un gran nivel de la Selección, con jugadores que destacan en Europa… ¿Cómo lo vive?
Con mucha felicidad. El crecimiento es impresionante. Antes, para que un jugador saliera de nuestro medio tenía que ocurrir un milagro: que jugara muy bien y que alguien tuviera valor para llevarlo, porque no había un pasado constante de éxito relacionado a nuestros jugadores. (…) Ahora atravesamos un momento emocionante, sobre todo por el gran comienzo de la Selección en las eliminatorias (cuatro triunfos en igual número de fechas jugadas. Líder con 12 puntos). Un arranque avasallador.
¿Esperaba que ganara los cuatro partidos?
No, ? era difícil imaginarlo, sobre todo porque debutábamos con Argentina en Buenos Aires. El más optimista imaginaba un empate, que no habría sido malo. Pero pensar en el triunfo, si bien no era descabellado, era bastante iluso. Los jugadores demostraron su capacidad, fueron superiores a Argentina y adquirieron una confianza que luego se propagó a los siguientes juegos.
¿Cómo evalúa el aporte del técnico Gustavo Quinteros en este proceso?
Ha sido importante para convencer a los jugadores, que son los grandes protagonistas. El entrenador debe convencerlos, realizar esa labor de psicólogo para unir a los talentos y hacerles entender que son capaces de todo. Y Quinteros lo logró.
Cuando se sienta a mirar fútbol, ¿qué equipo le da placer ver?
Veo de todo, pero el que más me entusiasma es, sin dudas, el Barcelona (de España). Es el equipo que mejor juega, quizás el mejor de la historia. También lo veo con curiosidad para observar cómo lo enfrentan los rivales, a qué métodos apelan para neutralizarlos y cómo les va. También me fascina la liga inglesa. Ahora mismo me estoy dedicando a ver lo que hace Klopp con el Liverpool, creo que puede dejar una huella en ese club. Y también veo con satisfacción al Bayern de Guardiola, otro equipazo.
Barcelona y Bayern Munich dan la sensación de haber logrado algo muy difícil: vincular la belleza con la efectividad.
Sí, sobre todo el Barcelona, porque Bayern siempre se caracterizó por ser efectivo, aunque ahora haya adquirido un barniz de exquisitez. Barcelona, con la llegada de Neymar y Suárez para engarzarse con Messi, ha hecho una clara apuesta por dar todo: buen juego, efectividad, asombro… Antes, el Barcelona era un equipo que te mataba por desgaste. Ahora ni siquiera necesita desgastarte, te mata a la primera oportunidad.
Siempre se dice que en los grandes equipos es muy difícil manejar el ego de las figuras. Parece que Luis Enrique supo hacerlo en el Barcelona.
Me da gusto que pase eso porque siempre es difícil armonizar la convivencia en un plantel de estrellas. (…) Lo del tridente Messi-Suárez-Neymar es emocionante. No son egoístas, disfrutan en la cancha, no hay malos gestos… Cuando abundan las figuras, normalmente unas quieren resaltar sobre las otras. Acá eso no se ve.
¿Qué característica de Messi lo deslumbra más?
Lo? resumo en una sola cosa: el talento. Leo juega y se divierte.
Fuente: eluniverso.com
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Categorías:Actualidad
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