Los ‘códigos del fútbol’ (invocados para que casos de indisciplinas se manejen internamente, para que no se hagan públicos los nombres de quienes los cometieron) empezaron a funcionar en Barcelona respecto al tema de Billy Arce.
Leonardo Ramos, 24 horas después de que Frickson Erazo dijera que no se debe “satanizar” a Arce por conducir en estado de ebrieda un vehículo sin placas y con vidrios polarizados, declaró ayer que “no le podemos clavar una espada en el pecho a un jugador que en realidad estaba en su día libre” cuando fue arrestado por quebrantar la ley.