Brasil inició el viernes la cuenta atrás de los mil días que faltan para la inauguración del Mundial del fútbol de 2014 con actos en las doce ciudades sede del evento, pero con varias obras atrasadas y huelgas en dos de los estadios que están en reforma.
El acto principal tuvo lugar en Belo Horizonte, precisamente la ciudad que tiene más adelantadas las obras, donde la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, acudió para anunciar inversiones por 2.300 millones de reales (unos 1.353 millones de dólares) en la ampliación del metro de la ciudad.