Luego de más de una hora en el auditorio de la FEF debido a los alegatos de los abogados de ambos clubes, el asesor jurídico de la Ecuafútbol, Guillermo Saltos Guale sugirió al Comité Ejecutivo que el Clásico del Astillero debe jugarse sin la hinchada de visitante debido a los antecedentes entre barras que han producido desmanes en los escenarios deportivos.
Una vez que finalizó la explicación de Saltos Guale, el presidente de la FEF y los demás miembros del Comité se reunieron por un breve lapso para tomar la decisión final: Que el Clásico se juegue sin la hinchada de Barcelona.