La final de la MLS disputada en el Banc of California otorgó un compromiso entre Los Angeles FC y Philadelphia Union con todos los condimentos posibles: cuatro goles en tiempo regular, un expulsado, dos tantos en tiempo suplementario y una infartante definición por penales que le otorgó el trofeo al conjunto angelino, tras la igualdad 3-3 en los 120′.
Los primeros minutos de juego mostraron a los locales con mayor intensidad y compromiso, tanto en zona defensiva como en ataque. Con Carlos Vela como pieza fundamental, el conjunto angelino estuvo más cerca de abrir el resultado.
A pesar del control de Philadelphia en la posesión (57% al concluir la primera etapa), el elenco comandado por Steve Cherundolo rompió el cero a los 28′, tras un tiro libre de Kellyn Acosta que se desvió en la barrera y descolocó al arquero rival.
Minutos después, Los Ángeles volvió a avisar gracias a una asistencia formidable de Vela. El mexicano metió un centro preciso a la carrera que encontró a Diego Palacios, quien no pudo vencer la resistencia de Andre Blake.
Por su parte, la más clara del elenco visitante estuvo en los pies del argentino, Julián Carranza. El ex atacante de Banfield quedó mano a mano con Maxime Crépeau, pero tardó en resolver y desperdició la oportunidad de igualar las acciones.
De regreso en la segunda parte, el conjunto de Jim Curtin llegó al empate a los 58′. El mediocampista, José Martínez, remató desde media distancia y la pelota derivó en Dániel Gazdag, quien quedó cara a cara con el arquero y definió con tranquilidad para poner el 1-1.
Con la paridad en el resultado, ambos equipos denotaron nervios e imprecisión en el tramo final del partido y sumaron escasas aproximaciones al arco contrario. Apenas un disparo lejano de Carranza que pasó por encima del travesaño fue la acción de mayor peligro.
Sin embargo, los últimos diez minutos no fueron aptos para cardíacos: a los 82′, Jesús Murillo le dio la ventaja al conjunto local tras un tiro de esquina, y a los 84′ Philadelphia puso nuevamente la igualdad por la misma vía, gracias al frentazo de Jack Elliott.
Tras una larga espera, Gareth Bale ingresó en el duelo decisivo a los cinco minutos del primer tiempo suplementario, en reemplazo de Vela. El galés mostró su jerarquía y asistió a Cristian Tello sobre el cierre de los primeros quince minutos, pero Blake contuvo la ejecución del español.
El último cuarto del compromiso no fue noticia por las acciones de juego, sino por la expulsión de Crépeau, quien además se retiró lesionado. El arquero salió a destiempo para cortar el ataque rival y dejó a su equipo con uno menos, a la espera de estudios médicos que le lleven tranquilidad al seleccionado canadiense, de cara al Mundial de Qatar. En su lugar ingresó John McCarthy.
En un final infartante, los nueve minutos de adición otorgaron dos emociones más: primero, Elliott empujó la pelota dentro del área y puso arriba a Philadelphia. Pero, cuando todo indicaba que la Copa viajaba para Pensilvania, la figura de Bale irrumpió en California para estampar la igualdad, de cabeza, y enviar la definición del certamen a los penales.
Con un inicio erróneo por parte de ambos (primer penal fallado por lado), el ingresado McCarthy se convirtió en el héroe de la jornada al adivinar los dos disparos siguientes. Finalmente, Ilie Sánchez se encargó de sellar el 3-0 y le dio la Copa al conjunto angelino en un compromiso emocionante.
Fuente: es-us.deportes.yahoo.com
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